Job Hopping el nuevo reto para Reclutamiento

El job hopping es una tendencia que está creciendo exponencialmente en el mercado laboral y que, principalmente, hace referencia a los profesionales que cambian de trabajo con frecuencia y de manera voluntaria. Se les conoce como job hoppers y su objetivo es una constante búsqueda de nuevos retos. Pese a que rara vez se asientan en una compañía, salvo que se les ofrezca la posibilidad de saltar internamente, las empresas han empezado a valorarlos positivamente.

Las nuevas generaciones de profesionales, aunque convenga no generalizar, tienden a huir del estándar del trabajo para toda la vida y apuestan justo por lo contrario: una carrera laboral llena de experiencias que, según un estudio de la revista Harvard Review, duran de media un par de años. De hecho, para Ryan Kahn, fundador de la compañía especializada en Recursos Humanos, The Hired Group, “la percepción del job hopping ha cambiado en los últimos tiempos y ahora se está volviendo normal para muchos”.

QUÉ ES EL JOB HOPPING

El job hopping es una tendencia laboral al alza que hace referencia a una nueva oleada de profesionales, por lo general, jóvenes y con perfiles digitales los más demandados en la actualidad; que saltan de un trabajo a otro con bastante frecuencia. Los que así lo hacen son conocidos en el ámbito de los Recursos Humanos como job hoppers o job jumpers y entre las características que les definen está su continuo afán de superación.Pero, en concreto, ¿qué razones les impulsan a saltar de un trabajo a otro cada poco tiempo? Principalmente, la búsqueda constante de nuevos retos; las mejoras salariales y de las condiciones, la consideración del cambio como motor de su vida, la sensación de libertad al no atarse a una empresa, las ganas de impulsar sus conocimientos, entre otros. Si las compañías les ofrecen un escenario similar, además de facilitarles el salto a nivel interno, algunos de ellos pueden replantearse su situación y quedarse.

EL PERFIL DE UN JOB HOPPER

Aunque cada vez más profesionales se ven seducidos por esta tendencia, el job hopping no es para todos. La mayoría de ellos responden al perfil millennial y posmillennial, es decir, cuentan ahora con entre 20 y 34 años aproximadamente, suelen estar vinculados al mundo de la tecnología y prefieren trabajar por proyectos a vincularse ad aeternum con una compañía. De hecho, inmediatamente comienzan a planificar su próximo paso profesional.Además de contar con esa visión como parte de su ADN, según Randstad, una de las empresas de Recursos Humanos más grandes del mundo, un job hopper posee las siguientes cualidades:

Capacidad de aprendizajeLa curiosidad y la ambición les impulsa a apostar por el aprendizaje continuo, una clara señal de su habilidad para asumir nuevas funciones y retos. Esto es fundamental en sectores tan cambiantes como el tecnológico.

Facilidad de adaptaciónSi uno está acostumbrado a enfrentarse a situaciones nuevas, su destreza para afrontar la tensión y el estrés que suelen generar será mayor. En un contexto de incertidumbre como el actual, las empresas valoran su seguridad, su resiliencia y su adaptación al cambio.

Dotes comunicativas y organizativasDurante su trayectoria, este tipo de profesional suele adquirir habilidades de comunicación y gestión que puede aportar a la empresa. También es probable que su grado de inteligencia emocional sea mayor y, por tanto, se entienda más fácilmente con sus compañeros.

Proyección laboralLos job hoppers tienen claras sus metas y no dudan a la hora de lanzarse a por ellas. De esta manera, se ponen a prueba continuamente, lo que les hace conscientes de sus carencias y les impulsa a mejorar, tornándose más decididos y audaces.

Dominio del know howEl expertise acumulado, añadido al resto de cualidades ya repasadas, les permite aportar ideas innovadoras y mejoras en la productividad, lo que se traduce en una ventaja competitiva importante para las compañías.

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE CONTRATAR A UN JOB HOPPER

Desde el punto de vista de la empresa, reclutar a un job hopper tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre las ventajas, destacan las siguientes:

Es más fácil atraer su talento, ya que, por lo general, son ellos los que buscan el puesto y la compañía y no al contrario, lo que también simplifica las negociaciones.Su productividad suele ser alta, simplemente porque están donde quieren estar, lo que les mantiene motivados siempre y cuando lo consideren un reto.

Cuentan con mayor y más diversa experiencia acumulada que otros perfiles al conocer más modelos de negocio, procesos internos, productos y marcas.Gestionan bien los equipos, tanto por sus dotes para la comunicación como porque, al no pretender permanecer mucho tiempo en la empresa, no entran en conflictos de interés con compañeros.

Se adaptan fácilmente a los cambios al ser una constante en su vida, es decir, les gustan y se hacen con facilidad a nuevos retos, roles, proyectos, etc.Poseen una amplia red de contactos que han ido adquiriendo a lo largo de su trayectoria, la cual es muy valorada por las empresas.

En cuanto a las desventajas, podríamos destacar las siguientes: falta de compromiso al no desarrollar un sentido de pertenencia respecto a la empresa, falta de especialización como consecuencia de saltar de un trabajo a otro constantemente y carecer de tiempo para ello, falta de visión a largo plazo que les hace poco indicados a la hora de abordar proyectos a futuro, falta de seguridad para la empresa al no saber durante cuánto tiempo podrán contar con sus servicios, entre otras.

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