Sabemos que es difícil poder realizar una transformación completa sin la aportación de hábitos nuevos.
Si hablamos de volverte más digital o simplemente de levantarte mas temprano. Sucede para cualquier cambio del que hablemos, Si uno de las piezas del rompecabezas no son hábitos nuevos, ese rompecabezas no estará completo. Es fácil mira sabemos que las personas somos de costumbres, nuestros cambios necesitan anclarse en nuevos hábitos. No vale con saber algo nuevo si no se aplica, y no vale con aplicarlo si luego no se ancla.
Componentes de un hábito
Jesús Garzales creador de blog y enfocado en su trayectoria en recursos humanos habla sobre una regla nemotécnica que nos ayuda a interiorizar los componentes de un hábito nuevo, Lo que nos lleva a decir que el cambio de hábitos requiere de la triple “I”. Primero llega la innovación (una nueva idea propia o un producto ya existente en el mercado), después la inteligencia para entender cómo podemos aplicar esa innovación para poder beneficiarnos de ella, y por último la insistencia, para que cale. Innovación + Inteligencia + Insistencia = Consistencia (nuevo hábito)
Innovación
Sin el conjunto de la triple “I” cualquier cambio seria complejo llevarlo acabo. Innovar es relativamente fácil, simplemente el mercado de la tecnología existen decenas de nuevos recursos cada día. Pero precisamente en un entorno donde la oferta es tan abundante se vuelve cada vez más importante la parte que hemos englobado dentro de la inteligencia: no se trata de adoptar una nueva herramienta o metodología por moda; Se trata de entender bien para qué sirve, qué ventajas nos puede traer. Se trata de pensar si se ajusta a nuestras necesidades y a nuestras capacidades, y analizar el impacto que puede tener.
Inteligencia
Es en este punto es importante reconocer que la inteligencia es la facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad. Entonces aqui es donde la formación debe ayudar al entendimiento y empujar a la reflexión, y no convertirse simplemente en una trasmisión fría de conocimientos. La formación inicial en nuevas tecnologías debe encender luces en el cerebro más que acumular datos en la memoria.
La clave para que la transformación se ponga en marcha es ser capaces de poner en valor los beneficios que el cambio pueda traer. Cuando se enciende la inteligencia y la cabeza empieza a trabajar nos lleva a tener, alguien con poder de decisión el cambio se impulsa mejor. Sin embargo, si no se enciende, y no siempre tiene que encenderse, no toda innovación va a ser buena para nosotros, entonces qué sentido tiene insistir.
Consistencia
Además, la parte final de la formula, la insistencia, es teóricamente la más fácil, pero requiere de otras dos variables que cada vez parecen escasear más en nuestra sociedad: el tiempo y la paciencia. Cuando encontremos que la innovación tiene sentido: insistir, insistir e insistir. Hasta que el nuevo comportamiento se convierte en rutina. Puede sonar rudimentario, pero sólo la insistencia alimenta el hábito.
El hábito consolida la transformación. Será la rúbrica de que he conseguido aplicar el conocimiento adquirido.